Nuestro organismo cambia

joven viejo

El cambio de alimentación es una de las claves para realizar una buena dieta, adelgazar y quitarse años de encima.

Hemos de cambiar nuestros hábitos, comer mejor, incorporar alimentos con fibras, algas, soja… y beber agua en cantidad suficiente (ocho vasos al día).

Cuando llegamos a los cuarenta, los kilos empiezan a incrementarse, llegando a cinco kilos por cada diez años. No nos llegamos a dar cuenta de este aumento progresivo, ya que es muy lento. Este suceso, los especialistas, los explican como la “crisis energética de la edad madura” y se produce porque el metabolismo reduce su ritmo, lo que es también la consecuencia del proceso del envejecimiento. Si no comemos los alimentos adecuados, la reducción del metabolismo se hace todavía mayor, incluso creyendo que se come adecuadamente, al ocurrir este efecto en nuestro organismo, las dietas pueden ser pobres en nutrientes y estas conllevan al envejecimiento y a la famosa frase de “no hago lo que hacía antes”. Al  sufrir esta desnutrición, es cuando el tono muscular se pierde, aparecen las enfermedades cardíacas, la fatiga, la diabetes…y lo peor de todo es que  los problemas no aparecen hasta la madurez, en la cual, comienzan a dar la cara. Pero con un poco de cuidado, este proceso no tiene por qué afectarnos ni en belleza ni en peso. Una forma para afrontarlo es comiendo con conocimiento nutricional, es decir, haciendo una dieta adecuada e informándonos de los alimentos adecuados para nuestra edad y función que han de desempeñar en el organismo.