Preocupa a la UE la creciente obesidad en los niños

frutas-varias.jpgEl plan diseñado por la comisionada Europea de Agricultura, Mariann Fischer, está inspirado en el actual programa de suministro gratuito de leche en las escuelas a escala comunitaria y consistiría en recolectar del mercado europeo los excedentes y repartirlos gratuitamente en los colegios de los 27 países de la Unión Europea, según publicó la BBC.

Pese a que Fischer aún no presentó un informe sobre la aplicación práctica del programa y las posibles repercusiones que tendría en el mercado, su equipo de trabajo confía en que el mismo se iniciará a más tardar en 2010 con un presupuesto de 100 millones de euros (US$138 millones).

Kees de Winter es el jefe de la unidad de asuntos alimenticios de la Organización Europa de Consumidores (BEUC) y opinó que «ciertamente contribuirá a aumentar el consumo de frutas y verduras, lo que es muy importante, porque muchos estudios muestran que su consumo es muy bajo en Europa, y también entre los niños».

El experto aconsejó acompañar el programa con una campaña destinada a sensibilizar a niños y adultos para que consuman alimentos saludables, al tiempo que consideró indispensable la prohibición de los anuncios de la industria de alimentos destinados a los niños menores de 11 años, así como un mayor control de los programas infantiles de televisión.

El plan de la Comisión Europea está inspirado en un fenómeno que está alcanzando niveles alarmantes.

Las cifras no mienten: en la UE hay 21 millones de niños con sobrepeso y 3 millones clasificados como obesos, mientras que entre el 20% y 30% de los adultos son propensos a «engordar drásticamente«.

Pero eso no es todo, el número de niños que anualmente pasa a la lista de los robustos aumenta a un ritmo de 400.000 por año.

La Comisión está convencida de que una de las causas es el poco consumo de vegetales entre la población.

La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo promedio diario de 400 gramos de frutas y verduras, cantidad que hoy sólo Italia y Grecia alcanzan, mientras que otros, como Reino Unido y Austria, el consumo apenas llega a los 200 gramos.