Se caracteriza por retortijones poco intensos y ruidos intestinales.
La distensión puede producirse en el intestino delgado o en el grueso. Generalmente obedece a un aumento en la producción de gases, relacionada con desequilibrios dietarios. Los pacientes suelen consumir una excesiva cantidad de hidratos de carbono refinados (harinas, dulces y azúcares), con pobre ingesta de fibra.
Para tratar esta dolencia hay que brindarle al cuerpo el aporte adecuado de hidratos refinados, combinados con fibra de tipo insoluble (salvado de trigo), frutas y hortalizas.