Como muchas cosas en la vida, existen ciertos deportes que se ponen de moda, y sin ningún lugar a dudas, estos son los tiempos del running. Como nunca antes, la gente sale a correr para despejarse de los problemas de la rutina, aunque tan importante como entrenar son los alimentos que consumimos para que nuestro cuerpo pueda responder la exigencia.
La idea es que más allá del entrenamiento que debamos llevar a cabo de forma previa a la competencia, si es que afrontar una de ellas es nuestro desafío final, se considera que tanto la alimentación como el descanso son fundamentales para que nuestro cuerpo funcione de la mejor manera, y en el primero de los casos, entre todas las comidas del día, el desayuno es la más importante, así que queremos enseñarte cómo debería estar compuesto.
Primero que nada, debes saber que un buen desayuno es aquel que te garantiza un mejor rendimiento físico e intelectual, y por este motivo conviene que apuntemos siempre a la ingesta de elementos como los hidratos de carbono complejos, que se encuentran representados por ejemplo por cereales integrales, frutos secos, copos de avena y frutas enteras.
También exista una variante que no podemos dejar de tener en cuenta. Se trata de los hidratos de carbono simples, como por ejemplo la miel, mermeladas o el zumo de frutas, que están especialmente indicados para los ejercicios de alta intensidad, y resultan ideales porque nos permiten recurrir a su energía prácticamente de forma instantánea mientras los anteriores tardan más en ponerse a nuestra disposición.
Si la maratón o entrenamiento de running se extiende por más de una hora, el complemento con fibras puede ser otra buena alternativa, ya que nos permitirá lograr que la fatiga física se retrase un poco más. Lácteos descremados, como yogur o leche descremada, pueden ser buenas opciones en este sentido.
