El estrés es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el hombre moderno, dado que afecta a la mayoría de las personas activas, logrando que sus vidas se conviertan en un espiral en el que sólo piensan en todo lo que deben hacer, dejando de lado lo que de verdad les gusta hacer. Como el estrés comienza a formar parte de sus vidas, además, determina todo lo que hacen, al punto de influir en aspecto como la comida.
Por este motivo, queremos mencionarte algunos de los errores más comunes que cometemos cuando nos acercamos a la heladera para serenarnos y dejar de lado los picos de estrés, y que a la larga derivan en que los cuadros terminan por agravarse en lugar de solucionarse, que debería ser lo que priorizáramos.
Por ejemplo, una de las conductas alimenticias que de alguna forma delata que estás sufriendo el estrés es el consumo de café más elevado de lo que es habitual. De hecho, no se trata de ninguna solución, considerando que es una bebida que afecta la concentración y provoca problemas de sueño, aumentando la percepción de cansancio que sentimos.
De la misma forma, es muy común que las personas que están teniendo estrés consuman alimentos altos en grasas, dado que normalmente son más fáciles de preparar. De igual modo podemos incluir los que poseen altos índices de sal y azúcar, que llevan al aumento de peso. Saltearse comidas, de igual modo, es perjudicial, ya que el cuerpo segrega igualmente jugos gástricos, que pueden derivar por ejemplo, en gastritis.
Otras dos conductas alimenticias que demuestran que una persona tiene estrés, además, son el comer meramente por antojo, es decir hacerlo incluso cuando estemos satisfechos, de igual modo que la deshidratación, dado que estas personas tienen a considerar que su saciedad con respecto a la bebida existe, aunque en realidad no es así.
