En el mundo agitado de hoy en día, en el que apenas tenemos tiempo para ponernos a pensar a futuro, no son pocos los especialistas en salud que recalcan la importancia que tienen las conductas de la denominada “salud preventiva”, la que consiste en ciertas rutinas y ejercicios que podamos llevar adelante de forma constante, varios días a la semana, y que nos permitan de estar forma sentirnos mejor física y mentalmente.
De hecho, los científicos destacan actualmente la necesidad de “mover completamente nuestro sistema de salud del curativo al preventivo”, ya que las personas suelen verse afectadas cada vez en mayor proporción de enfermedades coronarias, cáncer o diabetes, todas las cuales son más fáciles de prevenirse que de curarse posteriormente, llevando a la muerte, o al menos al deterioro en el nivel de vida, en muchos de los casos.
Incluso, esos padecimientos no transmisibles se pueden prevenir con cambios en los hábitos de vida, alimentación saludable, práctica de actividad física como el baile, caminata, atletismo, sin dejar de mencionar el hecho de no fumar. Todos estos son factores que nos permiten pensar en que cada uno, a su manera, puede realizar alguna actividad física que le ayude a proteger su organismo.
Además, de cara a cuidar a las generaciones futuras, no son pocos los que advierten que otra manera de prevenir problemas de salud es desde el nacimiento, ya que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del recién nacido y la estimulación temprana en el hogar por medio del juego, permiten a los hijos tener una mucho mayor calidad de vida cuando sean mayores.
Esto es especialmente importante, por último, en los países en desarrollo, donde si bien existe un gran porcentaje de la población que se encuentra compuesto por jóvenes, en algún tiempo todos ellos ocuparán el lugar de adultos mayores, y es posible que se produzcan epidemias de todas estas enfermedades mencionadas anteriormente, a menos claro, que se las prevenga.