Según ha determinado un estudio realizado de forma reciente por investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston y las universidades de Harvard y Louisiana State, en Estados Unidos, las personas que no pasan sentadas más de tres horas al día pueden prolongar hasta dos años más su esperanza de vida, de la misma forma que si ven televisión menos de dos horas diarias, caso en el que su esperanza de sobrevivir se alarga por hasta otro año y medio.
La investigación, que fuera publicada esta semana por la “British Medical Journal”, y tenía como principal objetivo medir el impacto de la vida sedentaria en la longevidad, contrastó además con algunos estudios anteriores, los que habían demostrado un vínculo indisoluble entre la falta de actividad física y el riesgo de sufrir trastornos y enfermedades como diabetes tipo 2 y cardiovasculares, como el infarto o eventos cerebrovasculares.
Concretamente, para evitar la aparición de estos inconvenientes, los especialistas recomiendan llevar a cabo al menos 150 minutos de actividad física moderada durante la semana, aunque desde luego, cuantos más minutos se suman mejor será la calidad de vida en los años posteriores, evitando de algún modo el mandato moderno que obliga a ver la televisión sentados en el sillón.
De esta forma, y analizando los casos de aproximadamente 167.000 adultos de todo el mundo, de entre 18 y 90 años, se estimó que un 27% de las muertes estaban relacionadas con estar sentado y el 19% a estar sentado frente al televisor, lo que de alguna manera demuestra la clara incidencia de estos factores en el tipo de vida que tenemos, y por qué no decirlo, en el tipo de muerte.
“Los resultados de este estudio indican que limitar el tiempo que se pasa sentado a menos de tres horas cada día puede incrementar dos años la expectativa de vida”, explican los especialistas al respecto, sin dejar de mencionar, que la televisión también puede reducir hasta en un año y medio la esperanza de vida de las personas.