Llega el invierno, y junto con él, esa necesidad del cuerpo humano de consumir alimentos calientes. Claro, para todos los que quieren llevar adelante una dieta, se sabe que aquellas comidas hechas para la parte fría del año tienen muchas más calorías que las de verano. Sin embargo, por suerte existe una buena variedad de sopas que no afectan nuestra dieta, y que te vamos a recomendar a continuación para que las tengas en cuenta en estos días.
La primera de ellas, como no podía ser de otra forma, es la clásica sopa de verduras, la más famosa y la mejor de todas para la mayoría de las personas que hacen dieta y que la consumen en cualquier momento del año. En su caso en particular destaca por el hecho de que podemos agregarle todas las verduras que nos gusten, verdes o de otros colores, y así obtener interesantes nutrientes, como lo pueden ser el potasio o la fibra.
Aunque muchos no la tenga en cuenta últimamente, la que ha ganado buen terreno en el mundo de las dietas es la sopa de minestrone, que si bien es bastante más costosa, nos ofrece todos los nutrientes producto de sus principales ingredientes, como por ejemplo papas, tomates, zanahoria, maíz y otros vegetales.
Un clásico de las fiestas, por su color rojo que se viste con el de la Navidad, es la sopa de tomate, que además es una opción ideal para el invierno en cualquiera de sus semanas. Lo curioso es que, con respecto a la tradicional sopa de tomates, la actual es mucho más picante, aunque también bastante más sabrosa, y está hecha en base a un alimento con muy buenos niveles de elementos beneficiosos, y casi nada de grasas y calorías.
Finalmente, así como tenemos la sopa de tomate, nosotros no queremos dejar de mencionar las enormes virtudes con las que cuenta la sopa de zapallo, ya que también ofrece muchísimos beneficios, como el consumir una preparación que prácticamente no tiene grasa ni sodio, y mucho menos gluten, cosa que otras ocultan entre sus propiedades.
