 Existen dos maneras de calmar el hambre. La primera consiste en llenar abundantemente el estómago, la segunda es esperar la llegada de las calorías a la sangre. Si usted come rápido y golosamente llenará su estómago mucho antes de que las calorías que pasan a la sangre hayan alcanzado una concentración suficiente, como para calmar químicamente sus centros nerviosos.
Existen dos maneras de calmar el hambre. La primera consiste en llenar abundantemente el estómago, la segunda es esperar la llegada de las calorías a la sangre. Si usted come rápido y golosamente llenará su estómago mucho antes de que las calorías que pasan a la sangre hayan alcanzado una concentración suficiente, como para calmar químicamente sus centros nerviosos.
Para calmar su apetito, le harán falta enormes cantidades, y esto explica el «golpe de fatiga» que sobreviene cuando esa oleada de calorías llega con retraso, a agitar químicamente su centro de saciedad.
En cambio, si mastica bien sus alimentos, las calorías pasan a la sangre y calman químicamente las ganas de comer antes de que sea ocupada la tercera parte del estómago.
Un buen consejo, que muchas veces, por llegar apurados, o por no tener demasiado tiempo, le dedicamos pocos minutos a comer gran cantidad de comida.

