En una buena dieta, uno de los trucos para llevar mejor la pérdida de peso, es el dormir ocho horas.
Cuando se duerme bien se pierde peso con más facilidad. Si no se descansa en condiciones, la hormona glerina aumenta sus niveles y produce apetito, además de frenar la quema de grasas.
Cuando se duerme, el organismo está perdiendo grasa, cosa que si no se descansa adecuadamente, se pierde sólo un cuarto de lo que se debería perder. Al contrario que cuando se descansa bien, se pierde más de la mitad.
Este fenómeno se investigó en Chicago. Consistió en diez voluntarios que durante dos semanas pudieron dormir hasta ocho horas y media al día y a la dos siguientes sólo cinco. El resultado fue espectacular, adelgazando menos de la mitad los últimos quince días.
Durante el sueño, las hormonas se regeneran, de ahí que los estudiantes que descansan adecuadamente, atienden mejor en clase y se encuentran con más vitalidad para afrontar los estudios, por lo que su rendimiento efectúa como causa mejor nivel en sus estudios.
Dentro de la neruología, los especialistas recomiendan igualmente el descanso de ocho horas. En enfermedades como la epilepsia la necesidad del descanso se vuelve primordial para su control. En las revisiones de ésta enfermedad se le indica a los enfermos que estén una noche entera sin dormir para después aplicarle los controles de neuronas que al no estar renovadas durante el descanso nocturno muestran toda su actividad alterada.
Qué mejor medicina que el descanso gradual.
Fuente: monografías