Un examen minucioso del pie ayuda a dar una idea del estado general del organismo. Unos pies lisos, flexibles, fuertes y de una coloración normal, exentos de durezas y rojos, permiten visualizar una vida saludable y un cuerpo fuerte.
En cambio, las durezas, los callos y los juanetes y las rugosidades resecas pueden ser signos o cristalizaciones de alteraciones en partes profundas y lejanas.
Es así como al recorrer con las yemas de los dedos las zonas reflejas de los pies se detectan nódulos, abultamientos o inflamaciones. Si se presionan dichas zonas, el dolor es intenso y esto se debe a un funcionamiento incorrecto, aún en los casos en que la sintomatología todavía no se ha presentado de forma apreciable.