Aunque parezca increíble, el simple acto de respirar bien puede ayudar a limpiar el organismo de desechos, porque además de aportar a las células el oxígeno que necesitan para vivir, también elimina los residuos orgánicos y el dióxido de carbono. Sin embargo, la mayoría de nosotros usamos sólo la mitad de nuestro potencial respiratorio y expulsamos apenas la mitad de los desechos tóxicos que almacena nuestro cuerpo.
Para aprender a respirar a fondo es imprescindible seguir estos pasos:
- Respire con todo el pecho y también con el abdomen. La mayoría respira solo con la parte alta de nuestro cuerpo, sin bajar el diafragma ni expandiendo los pulmones. Esto significa que no estamos haciendo uso de nuestra plena capacidad pulmonar. Esta clase de respiración está ligada a menudo con la ansiedad, la depresión y otras preocupaciones. Para comprobar la respiración abdominal acuéstese en el suelo o en una cama dura y ponga sus manos sobre el vientre. Este debería hincharse cuando toma aire y hundirse cuando lo suelta.
- Expulse el aire en su totalidad: Al exhalar más dióxido de carbono , expulsará una mayor cantidad de toxinas y podrá hacer pleno uso de cada nuevo aliento a medida que entra en sus pulmones.
- No deje de hacer ejercicio: en cualquier de sus formas, porque obliga a hacer un buen uso de sus pulmones.