La forma de conseguir que los aceites esenciales desprendan un aroma más intenso y resulten realmente efectivos es calentándolos. Si quieres utilizarlos en casa, en tu lugar de trabajo o en cualquier otro sitio, hay unos recipientes, muy baratos y fáciles de conseguir que disponen de un cacito superior para poner unas gotitas de aceite y en la parte inferior tienen un espacio para una vela: la llama de la vela mantendrá el aceite caliente durante un buen rato.
Si quieres que el efecto sea aún más rápido e intenso, puedes poner primero en el cacito un poco de agua y sobre ella verter las gotas de aceite, el vapor del agua ayudará a esparcir el aroma rapidamente.
Hay velas que están directamente impregnadas en aceites vegetales y que van aromatizando la estancia a medida que se van consumiendo y también hay aceites vegetales que se administran por la piel y que son muy utilizados para masajes. Pero ojo, no todos los aceites esenciales son adecuados para uso tópico. Incluso algunos pueden resultar nocivos para la piel. Los hay que son epidérmicos y los hay que no, es conveniente tener cuidado con eso.
También hay aceites que se utilizan en el baño, se echan unas gotitas en la bañera y suelen ser muy terapéuticos.
Los aceites se pueden utilizar por separado, de uno en uno, o se pueden utilizar mezclas de aceites que se potencien entre sí. A la hora de mezclar aceites, también hay que procurar no usar más de 3 ó 4 ingredientes y tener en cuenta que algunos de los efectos pueden ser opuestos.
Algunos de los aceites esenciales más utilizados son los cítricos, limón naranja y mandarina, por ejemplo son muy útiles para restaurar el equilibrio energético, el limón además es cicatrizante y antiséptico. El romero estimula la memoria y el pino ayuda a regular el sistema nervioso. La salvia es relajante, el sándalo antidepresivo y el tomillo es como el eucalipto, está indicado como antiséptico de las vías respiratorias y antitusivo.
También hay que tener en cuenta posibles contraindicaciones en casos concretos, como embarazo, alergias, enfermedades como la epilepsia y cuidado con algunos que no deben ponerse en contacto directo con la piel.