Aunque muchas personas puedan llegar a pensar que el hecho de vivir cerca de un parque o espacio público, puede llegar a ayudarlas a la hora de realizar ejercicio físico, un reciente estudio desarrollado por la Universidad de Melbourne, en Australia, ha confirmado que nada tiene que ver una cosa con la otra y que, por el contrario, la posibilidad de realizar deporte se encuentra más relacionada con el interés de la persona.
De hecho, en este sentido, en la investigación se le preguntó a personas que vivían a menos de 800 metros de parques y plazas, si caminaban un promedio de diez minutos diarios como deporte, a lo que la mayoría de ellas contestó que no, en un promedio muy semejante al que incurrieron quienes habitaban a mayor distancia de estos espacios públicos, muchas veces utilizados para aprovechar a realizar actividad física.
De esta forma, los especialistas han podido probar que “la relación entre las zonas verdes y las salidas a caminar no es lineal”, como declaró a la prensa la científica Tania King, quien encabezó estas investigaciones, las cuales se desarrollaron desde el año 2003 en adelante, considerando las opiniones de más de 2.300 entrevistados en ese tiempo.
Comparando cada uno de los resultados obtenidos posteriormente con las estadísticas que les proveyeron los Sistemas de Información Geográfica, sobre la cantidad de público que habita a una distancia relativamente corta de estos parques, es que pudieron saber que nada tiene que ver la zona donde habitamos, en relación a la cantidad de actividad física que podemos llegar a realizar.
Por otro lado, y si se considera un estudio previo del International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, se confirman las primeras teorías que aporta datos acerca de la escasa relación entre la cercanía a los espacios verdes, y la cantidad de ejercicio que realizamos, por lo que, como muchos sostienen, todo está en la mente.