Hoy en día entendemos el Tai chi como una práctica físico-espiritual, favorecedora del equilibrio cuerpo-mente, relajante, desestresante y una técnica de meditación en movimiento y como tal, es una técnica practicada por varios cientos de millones de personas en todo el mundo. En realidad es un arte marcial, aunque este aspecto cada vez está menos considerado.
El Tai chi es equilibrado y hermoso tanto de ver como de practicar, y a los occidentales nos parece más una danza que un arte marcial. Básicamente se trata de encadenar movimientos armoniosos y relajados que se combinan con la respiración y la meditación. Las técnicas están basadas en los conceptos de la medicina tradicional china de la circulación del chi, según la cual, las enfermedades se producen cuando hay bloqueos en la circulación de nuestra energía por los meridianos de acupuntura, por eso es tan importante poner en movimiento nuestra energía interior a partir del movimiento exterior. El Tai chi une el interior y el exterior.
Los ejercicios del Tai chi se realizan mediante rutinas de movimientos encadenados. A cada grupo de rutinas se le denomina Forma (Taolu). Lo que distingue las distintas técnicas son los movimientos de cada Forma. Para practicarlo hay que tener disciplina, perseverancia y paciencia.
Para explicar su filosofía he encontrado las sabias palabras de un maestro: «El trabajo del Tai chi es un trabajo de la energía espiritual. Por esto se dice. «La energía espiritual es el amo, el cuerpo es el lacayo». Si puede ponerse en movimiento la fuerza vital, los movimientos son espontáneos, livianos y ágiles. El encadenamiento de los movimientos sigue los principios (de alternancia) de «lleno» y de «vacío», de abertura y de cierre. Cuando se habla de abertura, no se trata únicamente de abertura de los pies y las manos sino también de abertura del pensamiento y el espíritu. Tampoco el cierre es sólo un cierre de los pies y de las manos, sino también del pensamiento y el espíritu. Si el interior y el exterior están unidos en un solo hálito, todo es perfecto. («Los diez puntos importantes del TaiChi Chuan», Yang Cheng Fu)
Aunque se ralice como un simple ejercicio gimnástico, el Tai chi nos aportará los sigientes beneficios: Sobre el sistema nervioso central con la práctica de Tai Chi obtendremos una sensación de plenitud y bienestar general, ayuda a mejorar la circulación sanguínea y facilita la respiración lo que, a su vez influye y mejora el sistema cardiovascular aumentando la capacidad de los capilares y reforzando el proceso de oxigenación y la nutrición del músculo cardíaco. Ayuda a prevenir la arteriosclerosis y las distintas enfermedades cardíacas.
El Tai Chi Chuan exige una respiración profunda y así conseguir una carga energética del organismo, el aumento en la capacidad respiratoria, o sea de la cantidad de aire que se moviliza en cada ciclo respiratorio, mejora la función pulmonar de oxigenación de la sangre y en consecuencia la de todos los tejidos y órganos.
La técnica del Tai Chi se trabaja a partir de movimientos suaves, lentos que, combinados con la respiración adecuada, generan más energía consiguiendo un equilibrio total del cuerpo. Está especialmente indicado para activar el metabolismo y recuperar la salud como un método de acupuntura natural.