Estrategias para evitar la sensación de hambre

Evitar hambre

Es frecuente sentir en medio del proceso de una dieta que pasamos hambre, sin embargo, si ello ocurre es signo de que alguno de los pasos que debemos realizar no lo estamos haciendo de la mejor manera de modo que pasamos muchas horas sin comer, restringiendo las comidas y porciones con su consecuente resultado negativo posterior.

¿De qué consecuencias hablamos? Cuando hemos pasado muchas horas sin comer, sentimos hambre tan intensamente que es muy probable que no midamos qué vamos a comer ni en qué cantidades sino que agarremos lo primero que encontremos en la heladera o en nuestro camino y lo devoremos desmesuradamente.

Es para evitar este tipo de conductas perjudiciales para nuestra salud y para nuestros objetivos en general en cuanto a descender de peso, que queremos compartir con vos algunas ideas que seguramente te sean útiles comenzar a poner en práctica.

El secreto y la clave de un buen tratamiento reside en no dejar pasar más de tres horas sin ingerir alimento. La brecha de horario de hora y media y tres horas indica el lapso de tiempo en el que debemos realizar nuestras ingestas. Comer con dicha frecuencia traerá aparejado el beneficio de no sentir hambre, a la par que estimula el gasto calórico y el buen funcionamiento de nuestro organismo.

A nivel psíquico comer entre hora y media y tres horas implica no privarse de nada lo cual permite manejarnos correctamente en lo que a conducta alimenticia respecta.

Qué comer en ese lapso de tiempo dependerá del horario y de tu rutina. Lo ideal sería realizar dos platos principales (almuerzo y cena), un desayuno, una merienda y al menos 2 o 3 colaciones, según la cantidad de horas que pases despierto, siendo lo común 6 comidas diarias totales.

Finalmente una estrategia para no pasar hambre consiste en ingerir preparaciones esponjosas, donde el aire ocupe lugar, de modo que el volumen quede también en tu estómago, así como puedes lograrlo a través de la ingesta de dos litros de líquido diario y el consumo de frutas y verduras, así como una porción diaria de cereales dado que son una verdadera fuente de energía y de fibra.