Se viene Navidad y las fiestas de fin de año. La agenda de diciembre seguramente se ha visto sobrecargada de reuniones con amigos, compañeros de trabajo… y el estómago. Este órgano es una de las principales víctimas de nuestro excesos.
Cuando se lleva mucho tiempo de comer en exceso, el estómago se agranda y se hace necesario alimentarse más para alcanzar la saciedad. Los kilos aumentan y junto con el exceso de peso sobreviene el malestar físico: sensación de pesadez, falta de agilidad, menor rendimiento y resistencia.
Existe una serie de sugerencias muy fáciles de seguir para evitar que el estómago se desproporcione con respecto a las necesidades calóricas reales y nos conduzca a la obesidad.
Estos son los lineamientos básicos figuran:
- Coma despacio.
- Consuma alimentos fáciles de digerir. Evite las carnes con muchos nervios y vegetales con nervaduras gruesas.
- Evite las bebidas gaseosas y los alimentos que producen gases como el pan, por ejemplo.
- Trate de comer siempre a las mismas horas y más o menos igual cantidad de alimentos.
- Evite el estrés
- Adecue la cantidad de alimentos que consuma al tipo de actividad física que desarrolle
- Beba líquidos frescos o a una temperatura natural de vez en cuando. Estas tienen un doble efecto: sacian el apetito y provocan acortamiento de las fibras musculares de las paredes digestivas, por lo tanto achican el estómago. Por el contrario, los alimentos y bebidas calientes dilatan las fibras musculares y agrandan el estómago.