Cuando se habla de yoga es común que se la asocie a una religión o una filosofía de vida, lo que a veces aleja a mucha gente que querría disfrutar de los beneficios que brinda su práctica. Se trata de una disciplina integral que no sólo incide sobre el nivel mental y emocional, sino que también actúa sobre el cuerpo físico.
El yoga tiene como objetivo principal acabar con todos los agentes que deterioran la salud. Algunos de los perjuicios a reparar son la insuficiente oxigenación de todas las células del cuerpo, el sedentarismo, la alimentación inadecuada y la eliminación parcial de los desechos y toxinas que, al permancer dentro del cuerpo, nos envenenan de a poco.
El yoga potencia el intelecto y agudiza la percepción. Fisiológicamente aumenta la concentración y la actividad glandular de quien realiza a diario sus ejercicios y asanas. Estéticamente, permite estilizar la figura sin mayor esfuerzo y sin el agotamiento que produce una clase de gimnasia aeróbica. En conclusión: una persona que practica yoga tiene posibilidades concretas de resolver sus problemas físicos, espirituales y mentales.
En próximas artículos comentaremos posiciones y ejercicios de yoga.