1. Muévase más: Apenas se levante, muévase un mínimo de 20 minutos continuos, por lo menos un día por medio.
2. Haga un ejercicio balanceado: Asegúrese de lograr una combinación de trabajo de fuerza muscular, ejercicio atlético cardiovascular, y estiramiento.
3. Combine el ejercicio: Varíe su entrenamiento todos los días, para evitar lesiones por agotamiento muscular.
4. Aumente su resistencia: Si no está acostumbrado a hacer ejercicios de fuerza o resistencia, empiece realizando dos sesiones semanales de entrenamiento corporal, ejercitando todas las partes de su cuerpo (el yoga, el tai-chi, o las clases de acondicionamiento de músculos, puede ser todo lo que usted necesita.)
5. Conviértase en un “peso pluma”: Consulte a un nutricionista para comenzar una dieta sana que se adopte a su propio estilo de vida.
6. Tome el ejercicio como una obligación: No deje pasar más de tres días seguidos sin hacer alguna rutina, a menos que esté enfermo o lesionado. Sin embargo, haga alguna excepción cuando su cuerpo se lo exija.
7. Amortigüe sus pasos: Si va a correr, trate de evitar las superficies donde haya cemento, y elija aquellas que le puedan otorgar una cierta amortiguación a los impactos de sus pies al tocar el suelo. Si no dispone de estos lugares cerca de su casa, haga otro tipo de actividades, como bailar o andar en bicicleta.
8. Hágalos lo antes posible: Si no puede encontrar un tiempo para ejercitar, levántese una hora antes y haga sus ejercicios en ese momento. Los ejercicios matinales, suelen ser lo más convenientes para lograr mantener una rutina.
9. Tome el camino largo: En ambos sentidos; no espere resultados a corto plazo, y elija siempre los caminos donde deba hacer un mayor esfuerzo (aunque no fuera de su apropiado nivel).
10. Consulte a un médico deportólogo: Las rutinas aquí presentadas, tienen un carácter general: para saber más sobre su caso específico, no deje de consultar a un especialista.
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