Es la novedad que arroja un estudio de científicos ingleses, quienes afirman que todo se relaciona en la manera en que enfrentamos las situaciones que generan estrés, y esto disminuye o aumenta el riesgo de sufrir un ataque cerebral, también llamado stroke.
La clave parece ser la buena adaptación al estrés, que puede reducir un 25 por ciento el riesgo de padecer un ataque.
Así lo indica un estudio realizado durante más de siete años por un equipo de investigadores del Departamento de Salud Pública y Cuidados Primarios de la Universidad de Cambridge, quienes constataron que no es el estrés en sí, sino la manera en que esa situación es enfrentada.
Las investigaciones y los estudios realizados hasta hoy habían demostrado que el estrés era un factor de riesgo para el infarto. Sin embargo, este nuevo resultado postula otra versión: una buena adaptación al estrés puede reducir un 25 por ciento el riesgo de sufrir un ataque cerebral.
«No conozco ningún otro que aborde específicamente este tema relacionado con una patología vascular. Se trata de un trabajo muy novedoso –comenta al diario La Nación, el doctor Luciano Sposato, director del Centro de Stroke de la Fundación Favaloro-. Y adquiere más importancia aún si se tiene en cuenta que fue prospectivo (para predecir el futuro) y con muy poco abandono.»
Según explica Sposato, la capacidad natural de adaptación a la adversidad social o estrés fue definida hace 20 años por Aaron Antonovsky como «sentido de coherencia». Relacionado con el afrontamiento de situaciones traumáticas, se lo define como una disposición a valorar las experiencias vitales como comprensibles, manejables y significativas.
El estudio también permitió constatar que el sentido de coherencia era mayor en personas que no fumaban y que tenían un mayor nivel de educación, mientras que era menor en aquellos con depresión y un mayor grado de hostilidad.
«Esta actitud positiva se sustenta en tres pilares: la comprensión de los hechos generadores del estrés, la capacidad de manejar favorablemente ese estrés y el significado que se da a la vida para poder seguir adelante a pesar de las adversidades», explica Sposato.
Cómo se realizó el estudio:
- Los científicos ingleses utilizaron una escala de tres puntos para investigar estos factores. Las respuestas de 20.629 pacientes, que incluyeron más de 80 mil eventos vitales adversos, fueron clasificadas según mostraran un sentido de coherencia alto, moderado o leve.
- El análisis estadístico demostró que esta capacidad de adaptación disminuyó el riesgo de ataque cerebral tanto en hombres como en mujeres, independientemente de la presencia de factores de riesgo clásicos -como la hipertensión arterial, el tabaquismo, la diabetes y el infarto agudo de miocardio- y de otras condiciones, como la depresión y el grado de hostilidad de la personalidad.
- También permitió constatar que el sentido de coherencia era mayor en personas que no fumaban y que tenían un mayor nivel de educación, mientras que era menor en aquellos con depresión y un mayor grado de hostilidad.