La menta es una de las plantas medicinales más conocidas y utilizadas para curar afecciones. Sus hojas contienen un aceite esencial cuyo compuesto principal es el mentol.
Entre sus propiedades principales se pueden enumerar:
- Antiespasmódica.
- Antiséptica.
- Calma la pared interna del estómago.
- Ayuda a acelerar la digestión.
- Estimula la secreción de la bilis.
También ayuda a calmar los cólicos o espasmo intestinales, las náuseas, los parásitos intestinales y estimula el sistema nervioso.
El aceite esencial es utilizado corrientemente en los dentífricos, baños de boca para llaga y boqueras y en el dolor de muelas, también se usa en inhalaciones para resfríos y tos. Además se utiliza para calmar dolores de cabeza, migrañas o neuralgias.
La menta es muy fácil de cultivar y de mantener en el hogar. La mejor época para recolectar las hojas es el verano. Una vez recolectadas deben guardarse en recipientes herméticos y en lugares secos y oscuros.
Los chinos y los griegos conocen las propiedades de la menta desde tiempos remotos. En la Grecia antigua, por ejemplo, se utilizaba para calmar tensiones y mejorar el malhumor.