Una frase, cuatro palabras, un sueño convertido en realidad. Suena muy bien. El baloncesto español ha tenido momentos de gloria, épocas de gran expansión, pero un título de esta magnitud siempre se nos escapaba de entre las manos. Ahora somos campeones después de un Mundial que quedará en la historia del baloncesto y de nuestro deporte. “El hito del deporte colectivo español más importante de todos los tiempos”, aseguró Jaime Lissavetzky tras la final de Saitama.
Una generación de excelentes jugadores y grandes compañeros; un cuerpo técnico excepcional que ha trabajado sin descanso desde mucho antes de viajar a Japón; unos clubes (y sus entrenadores) que han cuidado su cantera para sacar adelante a los talentos más destacados de nuestro baloncesto; una competición como la ACB que dota a los jugadores de experiencia y carácter competitivo; unas Federaciones Autonómicas que están en ese día a día vital para conseguir los resultados finales; y una afición que ha estado al lado del equipo para llevarles a lo más alto del podium. Todos y cada uno de ellos son campeones del mundo.
Se ha hablado, y mucho, de las excelencias de Gasol, Navarro o Garbajosa; de los contraataques de Sergio y Rudy; del partido inmaculado ante Lituania; del brutal choque con Argentina; de la defensa de libro de la final,… excelencias deportivas que nos hicieron disfrutar a todos. También se ha comentado, y mucho, los valores de este grupo de jugadores; de la amistad de todos ellos; de la generosidad en la cancha para luchar por el bien común; del esfuerzo en los momentos difíciles; del compromiso con una idea y un objetivo; excelencias humanas que nos han hecho reflexionar a todos. Mi objetivo tras la consecución del Mundial ha sido llevar al mayor número de lugares posibles estos “valores del baloncesto”, de ahí el esfuerzo de la Federación por potenciar planes sociales como el “Programa Escolar”, el “Plan Nuestro Baloncesto Integra”, la campaña “Los Valores del Baloncesto” u otros que están en pleno desarrollo como la Fundación Socio-cultural del Baloncesto.
Y es que cuando todavía la Selección está recibiendo y recogiendo premios y homenajes, el EuroBasket 2007 de España se acerca como el siguiente reto deportivo, organizativo y social. Será el torneo continental mejor de la historia y un evento que confirme la importancia del baloncesto en nuestro país.
En la publicación «Del Oro de Japón al EuroBasket 2007» queremos dejar constancia para la historia en todas las bibliotecas de España de lo que fue el oro de Japón. Un recorrido por unos meses que cambiaron la historia del baloncesto español, unas páginas que quedarán como recuerdo para revisitar en el futuro el hito del deporte colectivo español más importante de todos los tiempos. Espero que haya sido el primero pero, en ningún caso, el único.
Vía FEB