Tener insuficiencia cardíaca significa que el corazón no está bombeando sangre con máxima eficiencia y no puede satisfacer las demandas del cuerpo. Para alguien con insuficiencia cardíaca, la realización de actividades cotidianas — como el caminar, subir escaleras, o hacer tareas de casa — puede volverse muy difícil.
A menudo, esta condición se presenta como consecuencia de la debilitación del corazón causada por un trastorno subyacente, como la obstrucción de arterías, la presión arterial alta, o defectos de la pared arterial o las válvulas del corazón.
Algunos de los síntomas son:
- Problemas para respirar (disnea)
- Tos persistente o sibilancia
- Acumulación de fluido en los tejidos del cuerpo (edema)
- Cansancio o fatiga
- Falta de apetito, náusea
- Confusión, dificultad de concentración
- Ritmo cardíaco rápido
En la mayoría de los casos, la insuficiencia cardíaca se puede manejar con medicamentos, cambios en los hábitos de vida, o procedimientos quirúrgicos.
Cambios en el estilo de vida: los siguientes cambios pueden ayudar a mitigar los síntomas de insuficiencia cardíaca.
- Dejar de fumar
- Bajar de peso
- Evitar el alcohol
- Evitar o limitar la cafeína
- Llevar una dieta baja en grasa saturada y sodio
- Hacer actividad física
- Reducir el estrés