Las estrías son una ruptura de la dermis (partes internas de la piel) y ésta provoca un estiramiento y adelgazamiento de la epidermis (parte externa de la piel) que la recubre. Al principio son de color rojizo y hacen relieve. Mas adelante van atrofiándose y aplanándose hasta convertirse en líneas atróficas y brillantes.
Por lo general, aparecen en los muslos, los glúteos, las mamas, por encima de las rodillas y el vientre. Pueden aparecer en cualquier momento de la vida, pero existen dos circunstancias en las cuales se presentan con más frecuencia.
- La pubertad: al comienzo de esta etapa, entre los 10 y los 12 años, se presentan cambios hormonales y se produce un rápido aumento del volumen corporal, con incremento del peso y la altura. Este crecimiento actúa directamente sobre las fibras elásticas de la dermis y el aumento de tensión en los tejidos, hacen que las fibras se debiliten y se rompan, dando lugar a la aparición de cicatrices internas.
- El embarazo: durante los nueve meses de gestación hay un cambio hormonal evidente y también produce un aumento de tensión en la piel y en las fibras de la dermis. La piel del vientre y de las mamas se tensa y estira considerablemente y es después del parto, al volver a la normalidad, cuando más se notan las estrías. El 90 por ciento de las mujeres embarazadas desarrollan estrías.