Las grasas trans no naturales están compuestas de ácidos grasos insaturados, que se parecen a los saturados por su capacidad para adherirse a las arterias y aumentar el colesterol malo.
Si bien es imposible no consumir “grasas trans”, porque están presentes en alimentos indispensables para el ser humano, como las carnes y los lácteos, es importante saber que su concentración varía. En las margarinas, alcanzan el 60%, mientras que en las mantecas el valor promedio es apenas un 5%.
Además, las grasas trans que contienen los lácteos y las carnes se metabolizan mejor que las contenidas en las margarinas.