Un desodorante ideal debe reunir las siguientes condiciones: tener sustancias antibacterianas, sales de aluminio y ser cosméticamente aceptable, es decir, que no manche la ropa y que no cause alergia o irritaciones.
No todos son antialergénicos, por eso algunos producen consecuencias indeseables en la piel. Ante una situación de alergia (piel irritada y roja, picazón), hay que suspender la aplicación. De ninguna manera hay que automedicarse cremas para las axilas, ni en la zona inguinal, por riesgo de que aparezcan con el tiempo estrías inborrables.