Tanto la niñez como la adolescencia son dos de las principales etapas de la vida en la que la práctica de deporte puede llegar a modificar el modo de vida de las personas para el resto de ellas. Por eso, es sumamente significativo que más allá de la actividad física que llevan adelante en la escuela, cuenten con el apoyo de sus padres para poder poder desarrollar todo su potencial, tanto físico como emocional, donde el ejercicio tiene amplia incidencia.
Del mismo modo, hay que destacar que varios de los principales especialistas del mundo en la materia, sostienen que estas etapas de la vida son fundamentales para agregar hábitos a los más pequeños que luego mantengan el resto de sus vidas, y por ende, si no realizan ejercicio físico cuando están creciendo, es muy difícil que luego vayan a hacerlo cuando sean mayores.
Incluso, cuando se encuentran en pleno crecimiento, los expertos consideran que los niños deberían tener dos horas de ejercicio diario, seguidas o no, y entre las cuales una de ellas debería ser planificada por un adulto, y la otra totalmente libre, a fin de permitirles trabajar su imaginación junto con su organismo, y que no les pese el tener que estar entrenándose.
Mientras tanto, se sostiene que en la adolescencia lo adecuado son 30 minutos de forma moderada, aunque el realizar ejercicios en este período de una hora, tres veces a la semana, tampoco está mal, aplicándose siempre aquellos aeróbicos, y dejando los anaeróbicos para cuando el desarrollo corporal se haya completado totalmente.
Además, es imprescindible esto, no sólo para desarrollar buenos hábitos de ejercitación, sino también el trabajo en equipo y la disciplina, ambos factores que les ayudarán en la vida a futuro, y les permitirán tomar el ejercicio como una de las partes de la vida, sin tener que sufrir a la hora de realizarlos, porque incluso su cuerpo se los pedirá.