Cómo evitar los golpes de calor

estres.jpgPara evitar el golpe de calor, los expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) aconsejan ingerir abundantes líquidos, moderar el consumo de alcohol, evitar las comidas excesivas, comer frutas y verduras, limitar la actividad física y usar ropa ligera de tonos claros.

Los ancianos y los niños menores de 5 años son los más vulnerables a los efectos de las altas temperaturas por la razón de que el mecanismo termorregulador de que disponemos (sudor), puede funcionar inadecuadamente en el caso de los primeros o no estar aún del todo desarrollado en lo que se refiere a los más pequeños.

La consecuencia más común es la deshidratación. En los casos extremos y siempre preocupantes, puede aparecer lo que se denomina golpe de calor, que se manifiesta por un dolor de cabeza cada vez más intenso, malestar general, náuseas, dolores musculares y pérdida de conocimiento que puede llegar al coma.

Cuando se den estos síntomas, hay que trasladar a las personas a un hospital para disminuir la elevada temperatura corporal. También se recomienda mover a las personas a un lugar fresco, mantener su cabeza un poco alta y colocar compresas de agua fría o bolsas de hielo sobre ella, e intente suministrarle abundante agua.

El verano puede ser -según aclara el doctor José Gallardo Carrasco, miembro de la SEPAR-, un buen período el año para introducir mejoras en la alimentación que no sólo nos reportarán mejor salud en general, sino que en también contribuirá a hacernos más llevadero del exceso de calor.

En este sentido, aconseja dar prioridad a la ingestión de hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, patatas, legumbres, frutos secos) y otros alimentos ricos en fibra, como hortalizas y frutas.

En cuanto a hacer deporte, se desaconseja practicar los más intensos y se sugiere en su lugar los de tipo aeróbico.

Evitar los cambios bruscos de temperatura, «a veces hasta de 20 grados», que se producen cuando se sale de un hogar o local en exceso refrigerado y nos sumergimos en el calor insoportable de la calle.

Lo ideal es que en los ambientes condicionados el termostato no baje de los 22 o 23 grados. Con ello, además de ahorrar energía, se evitarán los cambios bruscos de temperatura que propician resfriados, faringitis y neumonías.

Vía Europa Press