La fruta nos proporciona vitaminas C y del grupo B, biotina, ácido fólico, potasio, calcio, magnesio y otros oligoelementos, pero sobre todo es de suma importancia en la dieta diaria debido a la vitamina C y al potasio. Las bayas y los cítricos tienen un alto contenido en vitamina C.
Las verduras son una buena fuente de carotenos, vitaminas E y del grupo B, ácido fólico y minerales. Muchas contienen vitamina C. Las verduras de hoja verde y de raíz deberían incluirse en la dieta y algunas deberían consumirse crudas porque al cocinarlas se destruyen las vitaminas y minerales.
Las proteínas son esenciales en la dieta. Deberían constituir el 11 por ciento de nuestra comida principal. El pescado nos proporciona proteínas y aceites poliinsaturados; la carne de ave, proteína sin grasas y los huevos contienen vitaminas del grupo B y todos los minerales esenciales.
Las judías secas, guisantes y lentejas contienen carotenos, vitamina E, vitaminas del grupo B, potasio y oligoelementos. Tienen un bajo contenido en sodio y contienen cantidades sustanciales de proteínas. También son una buena fuente de fibra.
Los productos a base de cereales proporcionan carbohidratos, que deberían constituir al menos el 50 por ciento de la ingesta diaria. Pueden tomarse en su forma natural, como la avena, o en forma de pan (preferiblemente de harina de trigo integral) o pasta.
La leche es una buena fuente de vitaminas, rica en calcio y potasio y pobre en sodio; los productos lácteos tienen las mismas cualidades. Las personas preocupadas por el contenido en grasa de leche, pueden tomar productos desnatados.