Se suele prescribir olivo para combatir la depresión causado por una enfermedad prolongada; mostaza para los casos de depresión repentina acompañada de ira contenida, sauce si la depresión de debe a resentimiento o amargura, aulaga para vencer el sentimiento de desesperanza, alerce para recuperar la autoestima, y centáurea para quienes anteponen los intereses ajenos a los propios.
A las personas cuya depresión es profunda y desmoralizante se les aconseja tomar castaño dulce, y a las apáticas o que han perdido el deseo de vivir, se les prescribe nogal para ayudarlas a enfrentar las vicisitudes cotidianas.
El poder de las flores de Bach
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