El desayuno debe componer el 25 por ciento del aporte calórico diario. Para que sea completo, saludable, y no tenga efectos negativos sobre el peso, se deben elegir bien los alimentos.
En primer lugar hay que olvidarse de las pastelería industrial (medialunas, galletitas, tortas y otros) rica en grasa y colesterol, y tener un cuidado muy especial en la elección de cereales, muchas veces demasiado ricos en azúcares.
El muesli, tiene la ventaja de contener frutos secos, que aportan más potasio, magnesio, fósforo y calcio.
Al igual que otras comidas, el desayuno debe aportar fibra y glúcidos, preferiblemente de digestión lenta, proteínas y lípidos, vitaminas y minerales.
Veamos algunos ejemplos:
- Fibra y glúcidos: pan de horno o integral o cereales.
- Proteínas y lípidos: queso bajo en grasa, fiambre de pavo, jamón desgrasado.
- Productos lácteos: leche o yogures descremados.
- Vitaminas y minerales: una fruta o un jugo recién exprimido.