Estudios científicos comprobaron que el consumo diario de té verde, aporta imnumerables beneficios para la salud. Esta saludable infusión comparte el mismo origen que el té negro, el más conocido. Ambos provienen de la Camellia Sinensis, pero la diferencia está en la forma de procesar las hojas después de cosechadas.
En el té negro las hojas son fermentadas y después oxidadas en un horno especial, a una temperatura entre 30º y 80º, destruyendo así una buena parte de los componentes originales de la planta. En cambio, en el té verde, las hojas recién cosechadas se colocan en vapor a agua -lo cual inhibe la fermentación– y después se secan naturalmente. De esta manera se preservan los principios activos de la planta.
Ya les comentaremos los beneficios del Té Verde y también hablaremos del Té rojo para completar esta serie de notas «Llegó la hora de tomar el Té en colores«.