Al realizar un análisis de sangre, uno de los indicadores que conviene vigilar es la homocisteína, un aminoácido que, cuando aparece en niveles altos, se asocia a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, así como patologías neurodegenerativas (como el Alzheimer o la demencia), diabetes, osteoporosis o incluso problemas durante el embarazo.
Para reducir sus valores, la estrategia más efectiva pasa por la alimentación, incorporando alimentos ricos en ácido fólico y en vitaminas B6 y B12. También se aconseja practicar ejercicio con regularidad, mantener un peso adecuado y evitar el consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol.
La homocisteína alta debería preocuparnos más de lo que lo hace, no muchas personas tienen conocimiento de lo que supone tener unos niveles elevados. En mujeres, entre 4,5 y 13,5 mmol/l estaría en lo normal, así como en hombres, entre 5,5 y 16 mmol/l. Por encima de 14mmol/l ya estaríamos hablando de riesgo elevado de sufrir un infarto o ictus. Por tanto, cuánto más baja esté, mejor: “Niveles muy altos de homocisteína se relacionan con un mal funcionamiento de los ciclos del folato y la metionina, además del ciclo de la metilación, que se relaciona con los mecanismos epigenéticos, esos interruptores que encienden y apagan nuestros genes. Es importante que de forma periódica midamos este marcador y así poder analizar carencias nutricionales y comenzar una dieta adecuada” – nos cuenta Gonzalo Ruiz Utrilla, que como biohacker experto en longevidad, acude regularmente a diversos chequeos y análisis.
Su relación con la genética se ha observado también en algunas pruebas. Ciertos polimorfismos del gen MTHFR interfieren con el metabolismo del folato, elevando por ejemplo la homocisteína, reduciendo la B12 e impactando el proceso de metilación. Si estás en uno de los peores grupos genéticos, lo mejor sería suplementar con L-metilfolato yno ácido fólico, asegurando suficiente ingesta de vitamina B12.
Cambios en la dieta
La nutrición es esencial para el balance de la homocisteína: “Necesitamos proteínas aunque no únicamente de origen animal, también las presentes en las legumbres, por ejemplo. Para neutralizar la homocisteína alta, nuestro cuerpo necesita ácido fólico y vitaminas B6 y B12, nutrientes que en grandes cantidades se encuentran en los órganos y que ayudan a descomponerla. Incluso la propia glicina ayuda a convertir la homocisteína en glutatión, un potente antioxidante que retarda el envejecimiento de nuestro cuerpo. Además de llevar una dieta baja en ultraprocesados, recomiendo aumentar la densidad nutricional, los órganos animales son por ejemplo una gran fuente de micronutrientes”.
Alimentos recomendados para bajar los altos niveles de homocisteína
- Verduras de hoja verde como espinacas, rúcula, berros o acelgas
- Cítricos como el pomelo, el limón o la naranja
- Huevos (sin miedo)
- Carnes magras y blancas provenientes del pavo o el pollo
- Pescados grasos azules como sardinas, salmón, atún, caballa…