La frecuencia de presentación de Anisakis es relativamente elevada en diversas especies de peces marinos de interés comercial: caballa, merluza o bacalao. Las larvas se localizan en el hígado, la cavidad abdominal, el músculo y todas las vísceras. En determinadas ocasiones pueden aparecer hasta varios centenares de larvas por pez.
Las larvas vivas son ingeridas por el hombre cuando se consume pescado crudo o insuficientemente cocido. Esto provocará en el consumidor úlceras y gastroenteritis. En algunas ocasiones pueden llegar a bloquear el paso por el tubo digestivo, lo que obligará a una intervención quirúrgica para eliminar los parásitos. En algunos casos, se ha señalado la posibilidad de alergias asociadas al consumo de este parásito, si bien no se trata de un problema frecuente.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), del Ministerio de Sanidad y Consumo, ha presentado una campaña informativa para la prevención de enfermedades alimentarias provocadas por anisakis, bajo el lema ‘Comer pescado es seguro y saludable, el anisakis es muy fácil de evitar’.
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