Al parecer son muchos los que tienen dudas acerca de los carbohidratos, no saben cuántos comer, ni cuándo ni de qué tipo.
Antes el tema de los carbohidratos estaba bastanate claro porque se consideraba que había de dos tipos: los rápidos y los lentos. Pero ahora, al existir más información sobre estos nutrientes, también parece haber más dudas.
De hecho, los hidratos de carbono siguen distinguiéndose entre rápidos y lentos, pero ahora hemos añadido un nuevo tipo: los fibrosos y una característica más de gran importancia: el índice glucémico.
Los rápidos o simples siguen llegando con celeridad a la sangre porque casi no necesitan digestión, mientras que los complejos o lentos tardan bastante más en alcanzar la circulación y lo hacen de forma gradual.
Sin embargo, con independencia de la velocidad de digestión y llegada a la sangre, según el índice glucémico pueden liberar más o menos cantidad de insulina, la hormona encargada de regular el azúcar sanguíneo.
Por ejemplo, la fruta contiene carbohidratos simples como la fructosa, pero el índice glucémico de esta es bajo, de sólo 20, mientras que la patata es un carbohidrato lento y complejo, pero el suyo es de 8o, por tanto sabemos hoy de la secreción insulínica que produce la ingestión de un carbohidrato no depende sólo que éste sea rápido o lento.
En regla general los rápidos son necesarios para antes del esfuerzo, cuando el cuerpo puede utilizarlos enseguida, o bien para justo después, con el fin de restablecer los depósitos de glucógeno gastados.
Fuera de esos dos momentos se recomienda el consumo de hidratos de carbono complejos y de baja influencia sobe la insulina, puesto que ésta convierte los excesos de glucosa en grasa.
Lo ideal es que os compréis una tabla de índice glucémico de los alimentos, de esa forma conoceréis exactamente la reacción que tendrá vuestro cuerpo al consumo de los distintos tipos.
No obstante, existe un medio sencillo y fácil de controlar y ralentizar la reacción insulínica a los hidratos de carbono. Recordad que tanto la fibra, como las proteínas y las grasas si se consumen junto con un carbohidrato simple o de elevado índice glucémico tienden a ralentizar la respuesta del organismo tanto en su digestión como en la secreción de insulina.
Si tenéis dudas acerca de la idoneidad o rapidez de un carbohidrato, bastará con que no lo consumáis solo y añadáis o una fuente de fibra, salvado , cereales, verduras, etc, o bien algo de proteína o grasa.