Omega 3: ¿mito o verdad de la alimentación?

Omega 3

Cuando escuchamos hablar de alimentación, tenemos que saber que muchas de las cosas que se dicen no tienen un fundamento científico, o que el mismo no está sustentado de forma real. Por eso, en este caso queremos abordar una temática que sabemos que causa interés en los lectores, relacionada de forma directa con el Omega 3, y cuáles son las verdades y mentiras que se han tejido alrededor de este -aparente- milagroso compuesto.

¿Qué son los Omega 3?

Lo primero que debemos destacar al respecto de esta temática, es que los ácidos grasos Omega 3 se encuentran de forma natural en el pescado azul y otros alimentos como las nueces, y que los científicos -o quienes nos lo quieren vender- señalan como uno de los “súper-alimentos” del futuro que pueden mejorar de forma notable la calidad de vida de quienes lo consumen.

Principales beneficios

Ahora bien, entre los beneficios que podemos mencionar del Omega 3 se encuentran algunos como por ejemplo en relación a la memoria, o la posibilidad de prevenir enfermedades, como algunas del corazón. Sin embargo, claro, existen personas o estudiosos que manifiestan que en realidad no aportan nada de ello, y por eso es que nos preguntamos cuál es la real cara de estos alimentos.

La cantidad, clave

Por ejemplo, para ser más exactos en cuanto a las apreciaciones con respecto al Omega 3, debemos mencionar que se trata de alimentos que pueden resultar beneficios, a partir de parámetros previos, como el estado de salud de la persona, o las enfermedades que ya sufre. Por mencionar un caso, se sostiene que para los diabéticos, el Omega 3 no produce ningún tipo de beneficio.

Nada contra el cáncer

Finalmente, uno de los mayores mitos que debemos dejar de lado cuando hablamos del Omega 3, es que de ninguna forma se trata de un alimento que pueda hacer que tengamos menos chances de sufrir cáncer, más allá de lo que algunos estudios sugieren, y de lo que intentan vendernos.

Conclusión

Aunque el Omega 3 puede ser beneficioso para una mayoría de la población, no presenta beneficios tan agudos como los que algunos buscan endilgarle.