Estrés y depresión

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El estrés es un síntoma que va en aumento en la sociedad, sobre todo en el sexo femenino.

Las responsabilidades del hogar, el trabajo, los niños, el cuidado de ancianos… son síntomas de estrés que en ocasiones derivan en depresión.

El papel de la mujer actual, en la mayoría de los casos se triplica, pues consiste en ser ama de casa, cuidar de los hijos y trabajar. Tres partes de su tiempo, la emplean en labores no recompensadas, al contrario que los hombres, los cuales, solo emplean una tercera parte. No es así de extrañar que el estrés lo sufran más mujeres, y por consiguiente, lo que deriva de éste: la depresión.

La relación matrimonial, juega un papel muy importante en este sentido, pues todavía sufren más las mujeres separadas o divorciadas que las casadas.

Un matrimonio en perfecta armonía, es como un gran protector para el estado de estrés y depresión en la mujer (en menor medida del hombre). La calidad del matrimonia es el significado del día a día, la comprensión, el compartir, la convivencia… tantos y tantos factores que la vida en pareja conlleva.

La falta de intimidad y confianza, combinados con los problemas sexuales (desinterés sexual), llevan a cabo la aparición depresiva. Las estadísticas demuestran este efecto, pues las mujeres con matrimonios infelices elevan el porcentaje de depresión.

La soledad que aparece con la marcha de los hijos, los trastornos de la salud (enfermedades) típicas en la mujer (osteoporosis)… tantos y tantos motivos que nos aparecen en la vida hacen que la depresión esté siempre presente.